No me rendiré por más pedregoso que sea el camino,
por mas angosto que sea el puente.
Jamás diré vuelvo atrás,
aunque las tinieblas hagan que mi vista pierda su vigor.
La anuencia de mi vida dios me ha dado
no voy a desfallecer aunque,
una azagaya atraviese mi espalda.
Pese a todo los problemas de mi vida,
mis pupilas tienen prohibido derramar una gota de cristal.
Seguiré caminando aunque mis pies me abandonen,
aunque el cuerpo me pese adelante siempre iré.
Este regalo divino, que se me ha otorgado.
Jamás lo desperdiciare.
Aún me quedan fuerzas guiadoras
que impulsan los latidos de mi corazón
casi al ritmo de un colapso,
pero ahí firme perduraré.
Yermo es el sendero que puedo divisar
ya he caído, ¡claro que he caído!,
pero me he podido levantar
aunque me ha costado sangre.
Porque en mi mente no existe
desperdiciar el tesoro universal.
Valioso es el ejemplo de un hombre
Que da su vida por otros.
La lasitud no será causa de mí Fracaso,
porque esto no existe en mi vida.
He llegado al límite,
decir esto es cobardía ,
¡jamás seré cobarde
¡solo diré : Mi último hálito de vida en segundos lo daré .
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