viernes, 25 de junio de 2010

POEMAS DE LAS ALUMNAS

Mira como mece sus alas (Stefany Molina Gamarra)

Mira, mira como el cóndor
mece sus alas sobre las montañas.
Mira como vuela tan solitario,
solo carga sus penas y dolores.
Mira como eleva su espíritu sobre el aire.
Mira como vuela bajo la lluvia infernal.
Su alma, quizá ya no tiene alma
pues lo único que le importa es su bienestar.
A lo lejos, sí, a lo lejos
aún puede columbrar un destello de esperanza,
pero no le importa nada.
El mira como la tierra tiembla,
los rayos caen, la gente muere,
pero no, no le importa;
él sabe que puede volar.
Solo tiene dos aliados: el egoísmo y su vanidad.
Su escudo, es su orgullo,
pues si alguien lo ayuda lo considera un insulto.
Se repite día a día "la gente es inferior".
Así es su vida, no aspira a nada más,
solo le basta con comer diariamente.
No se da cuenta que el mundo es una hermandad.
Si solo vives, solo fallecerás y tu nombre nadie lo recordará.

Luz en mi vida (Josselyn Morán Inca)
Quisiera encontrar un camino que me muestre la luz
Que me ayude a superar este dolor
Dejar de lado estas cuitas, dejar de lado todo,
Y echar a volar.

Volar como un ave, reír como un niño,
Sentir tu cariño, anhelar un suspiro,
Pero dónde, dónde lo encontraré,
Solo muriendo este pesar dejaré.

Cuando creí que todo estaba perdido
No solo encontré una luz sino también una verdad,
Que no hizo entender que ese dolor es pura ilusión,
Que en la vida el amor no hace sentir dolor,
Más bien te hace crecer, creer en ti y en esa persona
Que dice sentir amor por ti.

Cómo no pude darme cuenta
Que tu luz me protegía como un manto de seda
Que siempre estuviste allí y yo te ignoré
Que sufrías por mí al verme desfallecer.

Tu voz dulce y melodiosa me consolaba
Tus manos cálidas me confortaban
Con rostro munífico
Me observabas
Me dabas tu cariño con solo una mirada
En noches lluviosas conmigo te quedabas
Y solo con un beso mío te conformabas.

Hoy solo quiero decir que esa luz es mi consuelo
mi mejor compañera,
no solo da amor, también da vida
que más puedo decir, que esa luz es mi madre querida…

El viento (Díana Cáceda)
El viento sopla con euforia y la lluvia es generosa.

Hace frío aquí afuera, pero mi cuerpo…
No lo sé, él no tiembla ni siquiera se queja.
¿A caso aún tiene la calidez de tu abrazo?
¿Por qué no olvida ya que algunas cosas
no caminan con la misma velocidad?
Mi alma es traicionera,
Recuerda mis noches de madre e hijas que en el cielo celebran.
Mientras allá era la fiesta,
Yo al compás y suavemente, cantaba
Para que en tu boca música hubiera.
¿Cómo abandonar tu mirada que mi forma contemplaba?
¿Cómo no escucharte si con ternura tu vida me hablaba?
Destinos enemistados por voluntad de un dios desconocido.
Tú lejos y yo en el campo
Ay dueño de mi encanto
La tierra que es sagrada
Sabe cuánto te extraño.
La luna habla y me escucha
Dice que tu cielo son cenizas
Y que las estrellas ahora las cuentas con las manos.
Que te bañas en aguas inmensas
Que devoran humanos
Mientras yo con mi madre conversaba
Mi padre llegó trayendo luz,
Ella tuvo que irse, antes le pedí que a mi amado cuidara.
Mi alegría se entregará al suelo que alimenta y la magia sobreabundará.
No sentiré frío porque tu pensamiento me cuidará,

Danzará la sombra de mi anhelo
Y reirá cuando tus pasos oigan del eco que hace vibrarLa totalidad de la existencia.

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